En esta crisis epocal que estamos atravesando nos enfrentamos con complejos modos de vincularidad, con una hiperconectividad mediada por las redes sociales, con avances tecnológicos y cambios subjetivos concomitantes que dan lugar a malestares y que, a su vez, afectan muy profundamente las identidades y las formas de relacionarse desde lo micro a lo macro como los conflictos bélicos y sus trágicas consecuencias de una historia que parece no tener fin.